En la vida estamos cargados de
muchas dudas, cada vez que nos enfrentamos a un nuevo día sentimos temor de lo
que pueda ocurrir, esto le sucede incluso hasta las personas más positivas y
seguras, hay quienes ante el miedo a ciertas cosas o situaciones, se sumergen
en el trabajo, los estudios, la música, los libros, etc. Hay otros que son
capaces de huir o aferrarse a personas,
objetos o circunstancias del pasado para evitar sufrir, unos tienen éxito,
otros no tanto, creando en consecuencia heridas que quizás resultan ser más
profundas que aquellas que se imaginaron y de las que buscaban escapar.
Nos cuesta interpretar la señales que nos muestra la vida,
otras señales las colocamos los hombres y muchas veces tampoco somos capaces de
descifrarlas, nos sentamos a esperar que pasa y esperando, se nos pasa el
tiempo. No creo en aquello que dice: “para atrás, ni para coger impulso”, yo
creo que los impulsos son buenos y que debemos tomarlos, pero antes, es bueno deslastrarnos
de parte de nuestro pasado para aligerar la carga y poder movernos con fluidez
hacia adelante.
En algún momento en las relaciones interpersonales somos
presente, que por un pasado no pasamos de ser proyectos de un futuro, por lo
tanto, tarde o temprano nos convertiremos en pasado y quizás, no corramos con la misma
oportunidad de quien nos precedió, un trabalenguas sin dudas, pero que es parte
de esto que llamamos “El vivir”.
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