DRAE
Cinismo: Desvergüenza o descaro en el
mentir o en la defensa y práctica de actitudes reprochables.
En Venezuela
Cinismo: Desvergüenza o descaro en el
mentir o en la defensa y practica de actitudes reprochables por parte de un grupo
de Venezolanos que se hacen llamar chavistas o maduristas, quienes piensan que el pueblo es
idiota.
Si no fuese venezolano, igual me sintiera triste
y aquejado por la pena que me causa ver, como un grupo de personas
autodenominadas “lideres”, le mienten a sus seguidores y toman por
estúpidos a los habitantes de todo un país. En Venezuela el fenómeno “El Niño”,
iguanas, rabipelados y “el saboteo” en el sistema eléctrico nacional, han
causado apagones, pero nunca el gobierno ha reconocido que se trata de la
desinversión y la falta de mantenimiento, algo que infinidades de veces lo han
dicho trabajadores de CORPOELEC. Mucho dinero se ha destinado para
mejorar el servicio, pero no se sabe a dónde ha ido a parar, pues, cada día la
cosa es peor.
Venezuela ha pasado catorce años en “revolución”,
recibiendo millones de dólares por la venta del petróleo. Tenemos miles de
recursos hídricos pero el pueblo sigue pasando sed, todo por culpa de los
gobiernos de la cuarta republica, que nunca le prestaron atención al pueblo. En
Venezuela no hay inseguridad, es una sensación, los asesinatos y robos que
ocurren en ciudades, pueblos y hasta en el caserío más lejano (donde de
casualidad llega la luz del sol), es culpa de la televisión y la ingesta de
licor.
“En la tierra de libertadores”, existe la
participación ciudadana y la contraloría social, pero, ¡Mosca con una vaina y
dices mas de lo que debes!, ¡Al camarada no se le echa paja!, ¡es mas!, aquí
tienes tu tajadita”. La justicia es para el que puede pagarla, por estos lares,
“billete no solo mata a galán”, también manipula verdades, compra contratos, el
silencio, armas y drogas para los delincuentes de la calle y para los que están
en las cárceles; ¡No piense mal!. Nada de eso tiene que ver con la
revolución, esos vicios son heredados de la cuarta, se han tratado de corregir, pero
como bien sabe, se necesitan más recursos (dinero) para eliminar esas fallas.
En Venezuela, un presidente da un discurso, dice
que está enfermo y debe viajar para operarse, se monta en un avión, lo operan,
se recupera, gira instrucciones, firma documentos, pero nadie lo ve. Hace
ejercicios, recae, se recupera nuevamente, trabaja, y se comunica durante cinco
horas seguidas (sin hablar), vuelve a firmar documentos. Aun nadie lo ve.
Recae, se recupera, camina y aparece en un ataúd. Sus herederos lo lloran y a
los días bailan y cantan en una tarima.
En este país, el partido de gobierno despilfarra
los recursos de los venezolanos en una campaña política, amedrenta al opositor,
se roban votos en las elecciones, pero como las instituciones no dicen nada,
ese comportamiento lo hacen legal. Por su parte, “la extrema derecha” cargados
de odio, queman hospitales, convierten en caos las ciudades, causan estruendos
con cacerolas y asesinan a dirigentes del PSUV, mientras que el gobierno en
aras de la paz y el mejor funcionamiento de las cosas, reconstruye en menos de
veinticuatro horas edificaciones que fueron destruidas en un 90% (tardan años en reparar un bote de agua), dispersa sin
violencia las manifestaciones con la
GN, depura las instituciones, saca a los que votaron en contra
(traidores al proceso) sin que importen las leyes o los DDHH. La defensora del
pueblo dice: “que esta bien que se despida a una persona por pensar
políticamente distinto”. El fascismo está en la derecha, “No volverán”.