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Cada vez que entramos en una
campaña electoral presidencial surgen rumores en entorno a ella, planes de
conspiraciones, posibles atentados, “guarimbas”, votos trampeados, cable
submarino a Cuba, planes de la CIA,
desconocimiento del árbitro, abandono a última hora de uno de los candidatos,
no aceptación de los resultados, etc. Lo
insólito de todo esto es que llega el día de las elecciones y siempre termina
igual, una parte de la población celebra y la otra pasa el trago amargo
reflexionando, insultando a los abstencionistas y preguntándose como es que hay
gente que vota por la tendencia contraria.
No le hago caso a los rumores,
tengo el cuero curtido de tantos que he oído a lo largo de mi vida, recuerdo
que durante los últimos gobiernos de la cuarta republica eran pan nuestro de
cada día, quizás el país siempre ha sido así, seria cuestión de preguntarle a
nuestros padres y abuelos como eran las cosas antes de nosotros existir. Lo que si debo decir, es que algunos de
ellos me llevan analizar el panorama. Estoy seguro que todos vienen desde un mismo
sector, son parte de lo que llaman “Guerrilla Comunicacional” el cual
utilizando mecanismos de transmisión masiva de mensajes, insertan en la
ciudadanía toda esa “información”, a sabiendas que el venezolano cae en el juego
y las convierte en virales, ¿cual es objeto de esto?, simple: causar temor,
incertidumbre y fomentar la abstención en el bando opositor al gobierno.
Uno de los rumores que siempre
surge al principio de cada campaña, es sobre el posible atentado al candidato de la oposicion, lo que “según”, lleva al gobierno a investigar a fondo, "dando como
resultado el hallazgo de algunos indicios que determinan que realmente los planes
son ciertos". Ocurrió con Rosales en el 2006 y con Enrique Capriles en el
2012 y de nuevo en la previa al 14A. Las
preguntas que surgen son: ¿Dónde están los autores intelectuales, nombre y apellidos
de ellos? Y ¿Quiénes serian los encargados de llevar a cabo la tarea?... No se
mate mucho respondiéndolas, porque no existen, todo es un montaje, una patraña
para llamar la atención y decir que el estado vela por la seguridad del
candidato y de todo el pueblo venezolano, si fuese así, no hubiesen tantos
asesinatos, secuestros, robos, violaciones y otros males que nos aquejan. No
nos dejemos manipular con el cuento que “vamos a perder el país”, ¿Cuál país? Si
no producimos mas que violencia, a Chávez le interesaban los pobres, ¡Si! Le interesaba
que lo siguieran siendo, para conducirlos a su antojo, darles migajas y hablarles de esperanza, mientras acusaba de
los males de la nación al imperio, a las empresas privadas, a una burguesía
inexistente y a todo aquel que lo adversaba. Nicolás quiere ejecutar el mismo plan, no el de la
patria precisamente, si no, el de seguir fomentando la división, el
resentimiento, la manipulación y la fulana lucha de clases.
¿Que nos queda? Echar por tierra
los rumores y cuentos de camino, animarnos e impulsar a VOTAR, debemos rescatar lo poco que nos queda, hoy mas que nunca, el futuro
es la meta, “Veinte años no es nada” decía Gardel en su tango “Volver”, pero yo no pienso calármelos,
catorce han sido suficientes para separar familias, perder empleos, llorar
muertos, ver las carreteras en mal estado, niños y ancianos en las calles, ciudades hundidas en la miseria y la basura,
barrios con casas de hojalata y techos de cartón, sectarismo, resentimiento, devaluaciones,
escasez… mientras unos pocos como Nicolás y su combo viven a todo lujo, ellos
no luchan por mantener “la revolución”, luchan para mantener el poder que les da el dinero.
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