martes, 19 de marzo de 2013

Carlos Fraga, un cursito para Jorge Rodriguez

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            Es muy triste que en el transcurrir de la vida nos encontremos con personas que poco nos dejan, pero Dios (soy creyente) es sabio y por algo no los pone en el camino. La miseria humana (dicho así, para diferenciarla de la miseria económica) es la peor de las cosas que puede caracterizar al hombre. Hay seres que son capaces de humillar, traicionar, mentir, estafar, destruir, calumniar y hasta ser verdugos del libre pensamiento solo para satisfacer su ambición y vengar su resentimiento.   

En Venezuela siempre encontraremos alguien así (lamentablemente) en nuestro entorno de trabajo, en el vecindario, barrio,escuela, universidad, familia y sobre todo en la política. Por ahí dicen que  no hay nada más sucia que ella, Lo comparto. En los últimos tiempos han proliferado estos personajes en el quehacer político, hay uno en particular y es el que ha hecho posible que usted me esté leyendo. Nunca pensé que alguien me pudiera causar tanta repulsión, creía que Mario Silva o Alberto Nolia se llevaban todos los méritos para optar por un escrito donde les diga, el asco que me generan las formas  que tienen para comunicar sus “ideas” y como se expresan de todo aquel que piense distinto, pero no fueron ellos quienes lo originaron, esta mala musa fue Jorge Rodríguez, el que con su cara de inocente, de ser ecuánime, respetuoso, sincero y pluralista, dirigió durante un tiempo el Consejo Nacional Electoral y que luego se convirtió en parte del gobierno de Chávez, fue premiado por su buena participación a favor del gobierno en el ente comicial con varios cargos importantes, entre ellos, la vicepresidencia, este individuo se ha encargado de tildar de las peores formas a todo aquel que le fue opositor al finado presidente y que hoy en día adversa  su “revolución”.

Miente en cada aparición pública y expresa con sus palabras el terrible resentimiento que tiene, le molesta que más de seis millones quinientos mil venezolanos no estemos de acuerdo con las ideas y el proceso originado después del famoso “Por ahora”. Insulta a diestra y siniestra, para luego ante cualquier comentario o crítica, salir a pedir respeto, defiende a fulanos y menganos que diariamente toman por estúpidos e ignorantes a los habitantes de este  país. Jorge Rodríguez debería hacer un curso con Carlos Fraga o algún otro gurú de las relaciones personales para ver si se le baja un poco la amargura, debería también ocuparse de los reales problemas de su municipio y no de estar difamando e insultando a cuanto puede, ninguno de los casi treinta millones que habitamos por estos lares, tenemos la culpa que el difunto no lo haya tomado en cuenta en los últimos años de su vida y que haya preferido a otros, iguales o peores que él. Pasó de ser protagonista a un simple alcalde mequetrefe, que con gorras con la estrella cubana o franelas rojas con la cara de “El Che” muestra su “nacionalismo” y  se la pasa elucubrando las mas ridículas mentiras para ganarse la venia de sus seguidores (pocos, por cierto) y ahora, del nuevo “líder”,“Nicomandante”. Eso sí, nadie le quita lo bailao, ni mucho menos el billete que se gasta.

Jorge Rodríguez forma parte de ese grupo de personas que  pasaran a la historia como simples canallas que se arrastraron para poder figurar de alguna manera, será el ejemplo para que generaciones futuras no quieran ser como él. Da dolor que gente así exista, peor, que tenga quien los aplauda, ya la vida nos ha demostrado que es capaz de tomar correctivos en cualquier momento, aquí no se viene de gratis, el mal que se hace, se paga a la vuelta de la esquina. 

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